¿Cómo despertar la espiritualidad?

El preguntarse por la esencia de la vida ha acompañado al hombre desde siempre, filósofos, pensadores, millonarios, revolucionarios, trabajadores, todos nos hemos cuestionado alguna vez el sentido de la vida. Pero las distracciones de la mal llamada "civilización moderna" nos han apartado de la búsqueda profunda y esencial.

A pesar de que la constitución del cuerpo humano es la materia, que éste posee una forma y percibe olores, sabores, etc., la vida humana tiene una esencia que no es material. Por eso, la identificación con lo exclusivamente material es falsa, incluso las problemáticas del cuerpo son temporales. Normalmente buscamos con ansias la felicidad a través de sustancias o cosas materiales, pero cuando las perdemos o se terminan, llega otra vez el sufrimiento.

El origen del sufrimiento humano es creer que algo es propio cuando en realidad no lo es. Las palabras "yo" y "mío" son los grandes conceptos del mercado del egoísmo: mi casa, mi carro, mi control remoto, mi trabajo, mi familia, yo hago, yo decido y no me importa nada más. Puede que creas que algo es tuyo, pero sufrirás cuando te des cuenta que no es así: tu cuerpo cambia, las cosas se dañan, se pierden y son fácilmente reemplazables. Entonces, ¿con qué te has quedado? Con nada. Porque no eres dueño de nada. La única regla estable de la vida es que todo cambia, incluso las experiencias son transitorias: el cuerpo se transforma, las amistades varían y la tierra se mantiene en continuo movimiento. En el juego de la vida todos nacemos, crecemos y morimos.

En este escenario de transformación continua, la tranquilidad llega al identificarnos con algo verdadero que se mantenga más allá de los cambios materiales, una sustancia eterna que sea común en todos los seres vivientes. El buscador sincero encontrará todas estas cualidades de eternidad, sabiduría y felicidad en si mismo, en su alma.

El fundamento de la verdad es que el ser es espiritual y el sentido de su vida es conocer dicha naturaleza y buscar la armonía con ella. La búsqueda de la felicidad en sustancias externas como píldoras o psicoactivos, sólo extenderá el sufrimiento y le hará perder la dignidad. Es el conocimiento espiritual lo que permitirá al ser convertirse en alguien íntegro, consciente y feliz. Ese conocimiento no proviene del cuerpo o la mente, es la comprensión del alma y está sustentado por la relación de la persona con Dios. El vínculo con Dios permitirá al ser mantenerse consciente y despertar su naturaleza espiritual.

El hecho que una persona comience a despertar su espiritualidad, traerá beneficios directos a su vida, estado de ánimo y salud. También mejorará el entorno, la relación con otras personas y con todo lo que le rodea.